LA TRAICION.
La
traición normalmente es conocida por la falta del cumplimiento de una palabra o deber, aquí
la vamos a tratar del punto de vista de las promesas y la
envergadura del fallo cometido por la persona o por un grupo
determinado. La fidelidad, vender su prójimo, delito...
La
traición debe definirse en grados debido a su sus formas, al pasar sus límites
se puede definir en varios niveles, por ejemplo: grave, medio, leve, o mejor
dicho; alta, media, pequeña, desde aquí podemos decir que todos hemos
participado en ese vil acto de cerca o de lejos, bien que todas las traiciones
son repugnantes.
Cuanto
más se aleja de la promesa, más es
grande el grado de la traición, y más se profundice en la infidelidad y por lo tanto se abren las puertas de la traición que pueden abarcar muchos
dominios morales o materiales: social,
económico, militar, diplomático, etc…
Normalmente,
podemos definirla por, al incumplir una promesa entre dos personas o varias, en lo
que concierne la base del acuerdo conocido entre las partes, por ejemplo, al no
respetar el modo de aplicación de dichas reglas, cada cual normalmente lo puede
ver a su manera, pero lo lógico es que están todos de acuerdo en el contenido y
la forma de su aplicación, ya que deberían ser metódicos en su aplicación, pero nosotros lo que nos importa es la manera
de seguir fiel a los principios de los saharauis, los de su revolución del 20
de Mayo por la cual se constituyo el FPolisario para liberar el Sahara
Occidental, abarcando así el consentimiento de la populación del Sahara.
El
rango en la pirámide o el puesto que ocupa cada uno no quiere decir su
fidelidad absoluta a la revolución, debe ser normalmente así, pero los tiempos
engañan como le hemos vivido no solamente aquí sino en todas las guerras,
hubieron traidores de los bandos opuestos, hasta hoy en día se ven muchísimos y
casi podemos decir que es corriente ya
que es una cuestión diaria en las noticias de todas las informaciones del
mundo.
No
se puede distinguir quién es el traidor hasta el suceso del acto, pasar al otro
bando o el hecho en si mismo que demuestre su culpabilidad, y normalmente
el tiempo es el único barema que demuestra esta fidelidad además de la
entrega de la persona, tampoco se le puede asignar una lógica porque no tiene color ni origen.
En
general, en nuestro caso, se suele hacer por dinero, por ira o por una
injusticia, y raramente por patriotismo. Después de haber visto unos casos no
lejanos, se puede decir que han sido a base de materialismo (egoísmo),
ilegalidades e injusticias, en ese caso la persona no reflexiona, y algunas
veces se ciega y puede llegar a un crimen o delito que no estaba previsto y lo
más fácil, es abandonar o irse al enemigo, creyendo que por lo menos morir en
su tierra aunque este ocupada, (sabiendo
que en nuestra sociedad aún no existe
esta forma tan cruel de matar por ira).
La
traición, es más atroz en cuando el causante de la traición, la tenia
premeditada, quiere decir que, el dirigente empuja el subordinado en largarse
al enemigo (escandalizarlo, marginarlo o
cerrarle las puertas del mérito por celos o lo que sea), eso sí que es muy peligroso
y se puede considerar el peor acto de traición que se puede imaginar, obliga la otra persona a largarse al enemigo,
aquí el causante es más traidor que
el mismísimo traidor (alta traición).
Hay algunos que pretenden ser muy
honrados, trabajando diariamente con nosotros, y hasta participando más que
nosotros en las tareas, percibidos por todo el mundo, para camuflar sus intenciones, pero son peores que los que se han ido al otro
bando, porque, por la sencilla razón,
que los que se han ido al enemigo, ( nos hemos salvado de ellos, ya no les
tememos), pero los que siguen aquí, engañándonos, sacando provecho hasta el
máximum con toda la discreción posible, y siguen haciéndonos daño desde el
interior, son más que víboras.
-Citare algunas de las formas más corrientes que nos
acompañaron durante nuestra trayectoria:
-Cuando la persona tenia deliberadamente traicionar sin más.
-Cuando las nominaciones son ilegales,
tribales o injustas.
-Cuando la persona traiciona solamente
en cuando lo quiten unas cualidades que disponía de ellas y se va al enemigo.
-Cuando
la persona aprovecha los fallos de la revolución para difamar los
objetivos o dificultarlos sembrando así la incertidumbre en la población para
disolver la unidad nacional para hacer más daño.
-Cuando se aprovecha su puesto de mando
para lucrarse del bien general y menos cuando se trata de donaciones para los
refugiados.
-Cuando se aprovecha de su autoridad,
generando riquezas no solamente para él sino
para sus familiares y sus peones que le trabajan, o para fines tribales
o separatistas.
-Cuando se cambian los principios con unos fines previstos o deliberados.
-Cuando la tiene un responsable como una
carta de presión para conseguir sus fines.
-Cuando se cambia el objetivo por él que
cayeron los héroes de la revolución sin el consentimiento general de la
población.
-Cuando se prescinde de los derechos de
los más meritorios.
-Cuando se abandona la causa sin motivo
lógico, sin alterar a la estructura o la seguridad del entorno, aunque sea más
leve.
-Cuando se abstenga la persona y acepta
dichos cambios sin discutirlos o criticarlos o frenarlos según sus
posibilidades, bien que son de grados muy diferentes, etc…
Si todos estos casos son considerados
como alta traición, quiere decir que somos todos traidores de la causa
saharaui, y por eso, no hemos avanzado en la lucha para lograr el objetivo que
hemos puesto en las primeras albas de la revolución. Si nos consideramos
traidores, y seguimos haciendo lo mismo, quiere decir que pasamos a la deslealtad
para la liberación de nuestra patria y
dificultamos el retorno de nuestro pueblo a su tierra natal.
Esto
no puede ser el fruto de la suerte, sino
el disimulo o la falsedad de nuestra
entrega a la revolución y sobretodo de los que tienen el timón del barco, que
se ocuparon de sus cosas personales en vez de las generales, por eso se mezclan
los objetivos y se dedican más a sus problemas personales abandonando así el
objetivo principal, pero sin dejarlo para encubrir sus intenciones lucrativas,
cayendo así, en la alta traición del pueblo, adrede o involuntariamente, da lo
mismo.
Hacer
caso omiso también es más que traición, y dejarlo como esta, será la más grande
de las traiciones que puede existir, con respeto a las vidas de los heroicos combatientes que
lo dieron todo por la patria, y los pobres militantes que se volcaron desde el
primer instante en el respaldo y el sostén
de la revolución con lo más caro y precioso que tenían.
La
única solución aquí, precisamente en este momento, es la crítica y la autocritica que podría
salvarnos del abismo en que nos hemos metido, porque no podemos dar marcha
atrás, pero si, podemos rectificar y
remediar lo sucedido y acatar las irregularidades desde la raíz sabiendo de
antemano que nos costaría la destitución
de los promotores y por supuesto el desacuerdo y seguramente la huida de algunos presuntos
miembros que no pensaban sino en aglutinar nuestras limosnas a sus cuentas
personales, viviendo a costa de los pobres ciudadanos. Cuanto más rápido nos
separemos de ellos, mejor será para nosotros, porque serán siempre un bulto de
más y un obstáculo para todas las iniciativas que tomaremos en adelante.
Además
de ser una presa fácil que nos puede fallar en el momento inesperado, no podemos
dejar nuestro destino en las manos de esas personas, porque lo venderían por unos dólares, les da
igual las promesas, cuando ya obraron en contra de los principios, les será más
que fácil vender el honor, así que hay que ser más contundente en ese tema y salvar lo que queda de nuestra
cosecha, ahora más que nunca.
Existen
muchas maneras de caer en esa maldita tentación, de grado alto o leve, siempre
depende de la posición ejercida por la persona (función) y de su continuidad en seguir en el mismo
objetivo, mientras no altera en la trayectoria o en su contenido fundamental, se
puede aceptar, nada más que por una
simple critica para remediar dicha falta, pero casi siempre es muy difícil
encontrar la persona o el coraje de
poder abordar y rectificar personalmente o colectivamente ese fallo.
Pido
al Dios, todo poderoso, que nos libra de
esas personas que no pretenden sino lucrarse, fragmentarnos o dispersarnos para
llegar a unos fines personales que no trabajan el pueblo, y que nos de la voluntad de reunir nuestra unión
nacional para consolidar nuestra lucha y sacar el enemigo de nuestro Sahara tan
querido, por los valientes que cayeron, defendiendo una causa tan legal como humanitaria.
Toda la patria o el
martirio.
El
Militante Lahaye.