lunes, 29 de septiembre de 2014



EL TRIBALISMO

                        (A los periodistas y a los lectores Saharauis)

         Soy un viejo militante Saharaui, como tantos otros. He vivido los momentos más duros por los que ha pasado nuestro pueblo: el final del periodo de dominación española y la época de la ocupación marroquí. Y me doy cuenta de que soy testigo de un tercer drama que vive el pueblo Saharaui: el tribalismo en el verdadero sentido de la palabra con el que actúa nuestro gobierno.
         Todos los Saharauis hemos estado unidos en la lucha por la liberación, contra España en su momento, contra Marruecos después. Y nos indigna que hermanos nuestros, que llevan nuestra misma sangre, estén fomentando la desunión. Y nos entristece que quienes escriben sobre la realidad Saharaui, más allá de tratar sobre la ocupación marroquí, eviten debatir sobre el tribalismo que nos está fragmentando. No es hablar sobre esta cuestión lo que puede dividir a los Saharauis. Es la política de tribu lo que nos divide. Por lo que tenemos que sensibilizarnos y combatirla de verdad.
         Lamentablemente, nuestros dirigentes están hundidos en el fango del tribalismo. Y, ante ello, no podemos callar. Porque corremos el peligro de que llegue a considerarse normal, y de que nuestros hijos (que no conocieron las épocas más difíciles en las que todos juntos luchábamos contra el enemigo) no sientan la necesidad de regresar a los tiempos en los que todos éramos uno (unidos). Su laisser faire sería una traición a la causa Saharaui, de la que sería responsable el traidor silencio de quienes somos conscientes del peligroso cambio que están introduciendo nuestros dirigentes (pelotería, tribalismo, aislamiento y nuevas capas sociales, etc....)
         Quienes con sus escritos abordan la situación del pueblo Saharaui no deben despreciar la importancia que, para alcanzar nuestro objetivo de liberación nacional, tiene la desunión a la que nos empujan nuestros mandatarios. Un pueblo desunido es la peor herencia que podemos dejar a nuestros hijos. Sería abocarlos a ninguna parte. Vivimos el tribalismo en la época colonial. Pero, yahrag kan ebatne, no era lo mismo. El colonialismo tiene sus recursos para salvar sus intereses. Por eso, la política de ferig tesud (divide, mandas) actúa a su favor. Aun así, nunca levantó a una familia contra otra, lo que, en cambio, sí ocurre con la política tribal que ahora lleva a cabo nuestro gobierno. Se ahonda hasta las raíces de las tribus, para, así, sacar a la luz diferencias que dividan y dispersen a las poblaciones que un día juntamos en un único pueblo que luchara por su liberación. Además, el colonialismo nos dejaba elegir representantes de las tribus. Ahora no ocurre así. Son nuestros dirigentes quienes imponen para los
    

CONDECORACIONES Y MEDALLAS, ¿PARA QUIÉN?

Estimados hermanos y amigos: En el combate por la liberación de nuestra amada patria (Sáhara Occidental), el FPolisario ha sido nuestro único representante hasta ahora. Pero es hora de decir que la actitud de nuestros dirigentes hacia muchos de los que participaron en esa lucha, no es la esperada.        Hemos dado todo por la liberación nacional, pero también por el deseo de alcanzar una vida digna para nuestros hijos. Poco o nada se ha conseguido hasta ahora: ni somos un pueblo libre, ni nuestra vida ha mejorado. Y, a pesar de ello, seguimos dispuestos a continuar en la lucha con el mismo entusiasmo que siempre hemos tenido, hasta conseguir el objetivo por el que cayeron tantos mártires: llegar a ser un estado mundialmente reconocido. Un estado con señas de identidad propias y una entidad que ya hemos logrado (Saharauis).
En ese sentido, recuerdo lo que decían los mártires de nuestra célula del Aiún (Mulay Sleima, Sadafa Bahía y Sidi Chej), en nuestras tertulias sabatinas: Dios nos bendijo al concedernos esos principios que se resumen en la pureza de unas personas entregadas a su país. Pero Mahfud Nenat  y Sidi Chej siempre recomendaban no generalizar, sino esperar a ver si esos principios (una bendición divina enviada a través de un Ángel o un Profeta) alcanzaban a todos y en cualquier circunstancia. Hay que ser muy justo y legal, y muy lleno de virtudes (usaj eddenia) para que los principios se puedan aplicar en la realidad. Los más básicos de esos principios, la igualdad y la ejemplaridad, no se pueden realizar si no hay justicia. Y la justicia solo se tiene si se teme al Dios Todopoderoso, para no caer en las tentaciones y corrupciones que nos ofrece la vida, y que nos desvían del objetivo correcto.
Entre las reflexiones serias y las bromas de retarnos a qué célula era más valiente ante la Policía (yo pertenecía a la del comando Lahaye, de cuyos cinco componentes y yo, solo sobrevivimos tres) pasaban nuestras tertulias. Una noche estábamos haciendo banderas en casa del mártir Mulay Sleima. Nos avisaron de que había que colgarlas en las casas de la zona más iluminada de Zemla, dos de las cuales eran las de los hermanos Hemmeida y Ely Uld Beljeir. Lo difícil no era instalar las banderas, sino colgarlas de forma que no fuera fácil retirarlas y no nos costara el ser detenidos (a propósito, Sidi Chej nunca fue detenido: era cojo y, cuando aparecía la Policía, se hacía el tullido y aún cojeaba más). En cierta ocasión, no eran los policías los que nos dificultaron la colocación de banderas, sino un perro alemán que estaba en la casa situada enfrente de la de Ehel Ely Uld Beljeir. Cada vez que intentábamos colocar una bandera, arreciaban los ladridos y los gruñidos. Pasaba la noche, y lo peor era que teníamos que ir a trabajar a las ocho. Por fin, el perro se durmió a las cuatro. Pero nos quedaba sin resolver otro problema: cómo colgar las banderas sin que la Policía pudiera retirarlas antes de que la gente saliera a la calle. Era una cuestión de honor para el comando. No iríamos a dormir sin antes encontrar la manera de hacer visibles las banderas durante buena parte del día.

domingo, 21 de septiembre de 2014







                                               LA POLÍTICA DEL CHICLE



Habrá quien no sepa en qué consiste esta forma de practicar la política. Si es tu caso, sigue leyendo y verás que vamos a explicarlo con varios ejemplos.
Esta manera de hacer política suelen practicarla bandos o grupos que detentan el poder político y se valen de quien haga falta para mantenerse como sea en el poder. En el caso Saharaui, podemos hablar de un clan basado primero en el tribalismo, después en el regionalismo y, últimamente, a través de un giro peligroso, se ha constituido en un bando que se mueve por intereses económicos. El tribalismo sigue presente en el reparto de nominaciones y responsabilidades allí donde se pueden generar beneficios, procedan estos de donde procedan.
¿Y qué pasa si son dos bandos los que aspiran a los frutos? En este caso, se miden las fuerzas, y si estas son iguales, hay que rehuir el choque y llegar a un acuerdo, no vaya a ser que se ponga en riesgo lo construido ilegalmente durante años a costa de los pobres refugiados. La manera de actuar en estas situaciones
es preparar a uno de los suyos mediante un previo aprendizaje y situarlo junto a una persona capacitada y dedicada a su trabajo para la causa nacional. Como no quieren que esta persona conozca sus conspiraciones, o bien no están seguros de que vayan a sumarse a ellos cuando se repartan los beneficios, la marginan, la atacan, la obstaculizan y la provocan retirándole poco a poco los privilegios que le habían dado (coche, poder, influencia sobre el personal, etc.), hasta humillarla con deshonores, o cambiándola de misión, o encomendándole un puesto en el que se sienta incomodo e al final  incapacitado.

sábado, 20 de septiembre de 2014

               Publicación de “Saharanow” del día 06/08/204.


           Nos hemos enterado de  unas fuentes muy dignas, que un poquito antes del crepúsculo del miércoles 6 de agosto de 2014, las autoridades marroquíes impidieron la entrada al Aaiún a “Michelle De Caster” , francesa de  origen, y  se  la  prohibieron  totalmente. Añaden esas fuentes que es debido a su contacto con “Saharanow”, pero  De Caster ahora ha sido la secretaria general de la Asamblea Francesa Amigos de los Pueblos de África. Anteriormente visitó  la ciudad del Aaiún varias veces sin ningún proceso de interpretación, pero esta vez fue impedida su entrada desde el aeropuerto donde procedía de Casa Blanca, pero Michelle se negó rotundamente volver  a  Casa  Blanca  sin  una   decisión judicial  por   escrito impidiéndola entrar a el Aaiún, y compensarla sus billetes de viaje, se negaron las autoridades  e intentaron  obligarla a subir al avión